El urapán sigue siendo el rey

Aunque muchos de sus hijos no lo noten -y aún traten de no dejarlo notar- Bogotá tiene un exhuberante y variado verdor: sietecueros, saucos, cerezos, mimbres; una interminable lista de especies nativas y extranjeras, compuesta por falsos pimientos, palmas, una legión de pinos, eucaliptos, araucarias y, por supuesto, urapanes. Hordas, enjambres de urapanes. Aquí, por lo menos cuatro de cada diez árboles suficientemente desarrollados son urapanes, lo que ha convertido a la especie en rey induscutible de la floresta santafereña.

Alfredo Gutiérrez Borrero

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